lunes, 2 de mayo de 2011

EL SINTETIZADOR MUSICAL

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Un sintetizador es un instrumento musical electrónico (o por software) para producir sonido generado artificialmente (o manipularlo), usando técnicas de síntesis aditiva, substractiva, de modulación de frecuencia, de modelado físico o modulación de fase, para crear sonidos. Con esta máquina (real o virtual) se pueden crear nuevos sonidos, así como, reproducir los de los llamados instrumentos musicales “convencionales” conocidos. La forma de la onda generada es alterada en su duración, altura y timbre, mediante el uso de dispositivos tales como: amplificadores, mezcladores, filtros, reverberadores, secuenciadores, retardadores y moduladores de frecuencia…


El primer sintetizador, como tal, apareció en 1955. Fue desarrollado por Olsen y Belar en la Radio Corporation of America (RCA) en Princeton. Estaba destinado a investigar las propiedades del sonido y no a ser un instrumento musical. Varios compositores, gracias a esta herramienta, se interesaron en ampliar las posibilidades de producción de sonidos y en controlar todos los aspectos de la música. Entre ellos destacaron Milton Babbitt, Marion Davido, Morton Subotnik y Charles Wuorinen.


El sintetizador analógico más conocido fue el MOOG MODULAR SYSTEM. Un artilugio aparentemente sencillo (y “transportable”) e indicado hasta para el uso doméstico, que recibió su nombre del ingeniero estadounidense (y músico de formación) Robert Albert Moog (23 de mayo de 1934, 21 de agosto de 2005), quien desarrolló el primer prototipo en 1964. Se manejaba con uno o más teclados. Con este extraordinario artefacto era posible crear un número casi infinito de sonidos y podía imitar cualquier otro instrumento convencional conocido.


El sintetizador tiene la particularidad (cosa que ningún otro instrumento está capacitado) de generar sonidos que superan la capacidad de los instrumentos “convencionales”, tanto armónicos (sonidos musicales de instrumentos acústicos o electrónicos/electromecánicos, gorgoteos, silbidos,...etc.) como inarmónicos (ruidos de máquinas, atmosferas, sonidos de la naturaleza,…etc.) y, a su vez, pudiéndose combinar con los que captan los micrófonos electroacústicos. El resultado obtenido, desde la pura creatividad e imaginación, no tiene parangón.


Además de su utilidad en la composición, los sintetizadores se utilizan para adaptar (e interpretar) música instrumental, como en las conocidas grabaciones de Johann Sebastian Bach que Walter Carlos realizó en 1969 (y hasta el día de hoy). Bandas sonoras (orquestales) para películas, de conocidos compositores/interpretes como Hans Zimmer y Vangelis, han sido íntegramente producidas por sintetizadores. El sintetizador Moog fue seguido por otros de diseño similar de empresas como ARP, Buchla, Putney, Roland, Yamaha,…etc.


Entre 1960 y 1980 se fabricaron aparatos más reducidos y compactos en tamaño que usaban microprocesadores, con lo que se hizo posible la grabación y procesado digital del sonido.


Han utilizado (y se utilizan de forma abrumadora) estos instrumentos tanto músicos de formación clásica como grupos de música pop, rock, folk,…etc.


En la actualidad la tecnología digital, a nivel de la síntesis del sonido, se ha impuesto de forma definitiva.



Santiago Peña


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